La idea siempre ha sido evitar en lo posible las devoluciones, y esto se logra no evitando al cliente, sino revisando por qué se devuelven nuestros artículos. Debemos ser muy detallistas con cada motivo de devolución, solicitándole al cliente nos diga cada motivo por el cual no quiso más el producto, o en el caso de las garantías, indagándole el por qué se le dañó el artículo tan pronto.
Evitar al cliente o ponerle trabas a la hora de hacer su devolución, lo único que causa es que se pierda el cliente y no vuelva a comprarte más, estos clientes son valiosos al igual que todos los demás, y la mejor forma de tratar el asunto es darle cara y buscar minuciosamente cada causal e intentar solucionarlo en una próxima venta.
Darnos cuenta de que un producto tiene imperfectos, así como también darnos cuenta de que nuestro no es tan bueno como pensamos, o que sus condiciones cambian demasiado rápido y el producto se deteriora o se transforma muy rápido, son indicios de que algo está mal en nuestros productos, tanto como que los fabriquemos como que los distribuyamos solamente, en caso de que los fabriquemos, debemos revisar minucionsamente por qué ocurren estas devoluciones con el producto o, si es distribuido, es nuestra responsabilidad avisarle al proveedor que su producto presenta estas fallas para que ellos también procedan a investigar las causales, si es necesario debemos advertirle al proveedor que de no reparar tales problemas con el producto, no podremos volver a comprarlo, pues nos estaría perjudicando.
En cada venta debemos tener presente que nos genera una ganancia y dentro de esta debemos tener súper claro que estará el colchón de riesgo ante una posible devolución, es decir que si tu ganancia es de el 20%, asumas que un 5 o 10% será destinado a gastos de devoluciones, incluso un 100% si nuestro producto es devuelto por garantía, lo importante es que aprendamos a vender productos de calidad que satisfagan a los clientes y que cada día mejoremos más. Todo esto son riesgos que debemos asumir en cualquier negocio, siempre hay que tenerlos en cuenta y siempre tener un colchón o ahorro disponible para este tipo de gastos, que generalmente, cuando manejamos un buen producto, son improvistos. De esa forma, no nos vamos a decepcionar o no se nos van a bajar los ánimos emprendedores porque ya tenemos todo calculado.